Aunque muchas veces en occidente
el sexo anal todavía se ve como algo prohibido, pecaminoso, sucio, peligroso,
antinatural, doloroso, solo para gays… el sexo anal desde la más remota
antigüedad, especialmente en oriente y en el Tantra, siempre fue considerado
como algo muy sagrado.
La
Madre Naturaleza hizo que la zona anal fuera increíblemente rica en
terminaciones nerviosas (más de 5000), listas para proporcionarnos placer, que
el punto sagrado del hombre (su glándula prostática o punto G según unos o P
según otros) sólo fuera accesible a través del ano, que la magia de la energía
sexual física, psíquica y vibracional esté en la base de la columna vertebral
(coxis-zona sacra), que a través del ano se puedan sanar muchos traumas
sexuales y que, en este punto sagrado, confluyeran nuestros dos sistemas
nerviosos (simpático y parasimpático).
Esta
manifestación natural de nuestra zona anal (hasta ahora tabú) ha llevado, tanto
al yoga y sus múltiples variantes (ejercicios como el Mulabandha, Asvini Mudra
o Tada Mudra, relacionados con el ano, sus músculos, esfínteres y energías) como
a otras disciplinas, a considerar el ano y el recto no sólo como placenteros
sino también como ocultadores de las energías más sagradas, como es el caso de
la energía Kundalini que duerme entre la pared del recto y la última vértebra.
Nuestro
chakra base o Muladhara es el que nos conecta con lo original y vital, con la
tierra, con los instintos primarios (supervivencia, alimento, reproducción y
sexo, descanso y por lo tanto con la vida), nos conecta con nuestra parte más
salvaje y tribal y, está situado en la zona del perineo, desde los genitales al
ano.
En
el Tantra, nunca se ha marginado este tipo de relación sexual, sino que más
bien se la ha considerado para iniciados avanzados.
Es por todo ello que un/a buen/a
amante deberá saber cómo proporcionar placeres inéditos a sus parejas sabiendo
cómo tratar adecuada y respetuosamente esta zona, no sólo en el plano puramente
físico (sumamente placentero), sino también en el plano psíquico y espiritual,
despertando energías, elevando la consciencia y llevando a la pareja al
éxtasis.
Si
sólo en el plano físico el ano ya requiere de un ritual preparatorio especial:
higiene, lubricante, masaje relajante, besos, lengua, suave apertura con los
dedos, juguetes... en el tantra, cuando se conocen las actitudes esenciales de
respeto y honra (dador/a) y de rendición y entrega (receptor/a) y además se
sabe qué maravillosa energía se está moviendo, el sexo anal alcanza la
categoría de ritual (Adhorata) y deja de ser lo que era para ser un acto de
amor que nos permite unir la tierra, el sexo, el placer... con el cielo, el
alma, el éxtasis.
Visto
así, el sexo anal, no sólo es natural y placentero sino que también alcanza la
categoría de mágico, sanador, sagrado y divino, por ello debería ser visto por
todos, hombres y mujeres, como otra forma hermosa de hacer el amor.
Ellas
pueden hacernos el sexo anal con su boca, lengua, dedos, con objetos, frutos,
hortalizas… o con juguetes… y para las más lanzadas, con un arnés adecuado.
Nosotros, además, disponemos de nuestro Lingam (pene-vara de luz) para iluminar
y consagrar con nuestro amor y semen sus entrañas y así ayudarlas a despertar
su consciencia, elevar su energía sagrada y entrar en armonía con el Universo,
con el Todo.
“Aquel
día le dije que me gustaría volverme loco, besando, lamiendo, adorando y amando
su lindo culo… sonrió, “¿tanto te gusta?...” se giró de espalda, ofreciéndome
una visión maravillosa llena de suaves curvas aterciopeladas que sólo verlas ya
excitaron mi alma y elevaron mi Lingam.
Puse
mi cabeza sobre sus nalgas, sobre su sagrado femenino, su útero, cerré los
ojos, la respiré y la sentí respirar, sentí el palpitar de su corazón y la acaricié
y besé tiernamente, cientos de besos suaves, silenciosos, fuertes, ruidosos,
apasionados, mordisqueantes, succionadores, locos… para terminar abrazándola con la fuerza y
pasión de mi hombre-dios, mi Shiva.
Nuestra
respiración iba en aumento, sentimos la necesidad de conectar más nuestras
energías armonizando nuestro ritmo, sintiendo, en el ligero ascenso-descenso de
sus nalgas, el ritmo de sus pulmones; nos acompasamos, con lentitud y devoción…
abrí suavemente sus nalgas y con el deseo encendido y el espíritu abierto, fui
cercando despacio su ano, besos, lengüetazos, caricias con los dedos, lengua
intrusa, dedo atrevido, lubricación básica a base de la dulce saliva que la
condimentaba, exquisito manjar, locura de cueva…
Le
rocié el ano con nuestro lubricante, se relajó, se entregó y se abrió para
recibir primero un dedo, luego dos, que amorosamente acariciaban su interior
relajándolo, dándole placer, jugando, curioseando, buscando sentir, a través de
la sutileza, el dedo que estaba en su Yoni, encontrando un poco más adentro su
punto sagrado. Masajeé, con calma primero y luego con más intensidad, su centro
de energía… su respiración empezó a agitarse de forma premonitoria; suavemente
paré, la besé mucho con todo mi corazón y lentamente saqué mis dedos de su
interior.
Subí
hasta dejar mi Lingam a la altura de su ano, besé su cuello, sus mejillas y le
pregunté: “¿estas lista?”, “te deseo amor… penétrame, hazme tuya y llévame al
cielo contigo…”, lubriqué mi pene y con suavidad empecé a entrar en su recto…
cuando el glande hubo entrado paré, la invité en silencio a respirar conmigo,
el movimiento de nuestras caderas iba al ritmo de nuestros pechos, me dejé caer
para que el resto de mi miembro entrase en ella y ambos sintiéramos el contacto
profundo.
Empecé
a sentirme uno con ella, acariciando con mi Lingam su oculto y sagrado punto
Kundalini, avivando su energía, haciéndola subir por su espalda, por su columna
hasta la cabeza… buscando subir al cielo con ella…
El
suave vaivén obró el milagro, empecé a notar sus temblores, su energía…, con sus
contracciones me exprimió el Lingam para hacerme soltar el semen rociando su
interior con mi energía y sintiendo como los dos exhalábamos un suspiro que nos
llevó a un espacio-tiempo indescriptible.
Luz,
curvas, amor… sexo sagrado… Todo.”
Con
todo mi amor
Ignasi Tebé (ignasi.aurea@gmail.com)
Sanador, educador sexual y escritor
Facilitador de talleres y cursos para Hombres, Mujeres y Parejas
Facilitador de talleres y cursos para Hombres, Mujeres y Parejas
Si pero no todos tienen la madurez, todavía es un tabú
ResponderEliminarEvidentemente sigue siendo un tabú para muchos y muchas, pero en este artículo quise haceros sentir la belleza oculta que hay tras esta linda forma de hacernos el amor.
Eliminaryo practico el sexo anal con mi pareja y muchas veces se me hace mas placentero que la penetración vaginal. pienso que es tabú para aquellas personas que fueron criadas en un hogar donde la religión pesa mas, donde te dicen que eso es algo pecaminoso y que el sexo es solo para procrear. sin embargo en mi opinión las parejas jóvenes no piensan así para ellos es algo natural a la hora de hacer el amor
ResponderEliminarEXCELENTE.....¡
EliminarEs evidente que para los hombres es muy placentero, el ano es más estrecho que la vagina, el pene está más sujeto, el placer es más intenso... Pero lo importante es que lo sea para todos, para los que dan y los que reciben, haciéndolo no solo natural, sino también sagrado y sublime.
ResponderEliminar¡Que lo gocéis al máximo!
Estupendo artículo, Ignasi. Maravillosa descripción, se nota que sabes de lo que hablas.
ResponderEliminarPocas personas hacen el amor, entonces es difícil que lleguen a entender la naturalidad y ternura de un sexo anal bien practicado...con amor; de ahí el prejucicio sexual.
Como bien explicas en un acto de entrega, en el que se descubre el placer de dar.
Una vez más, muy bueno, no conocía tu blog.
Comprender el sexo como una unión entre el cuerpo y el alma, entre la tierra y el cielo y honrar esta maravilla, es la clave para poder hacer bello , todo lo que hagamos. Gracias Alma
Eliminarse supone q en el tantra uno no vierte el semen, porq precisamente es lo q hace q el hombre eleve su energia, y ese orgasmo sea elevado.. por lo q dudo q esto sea tantra mas bien es mas de lo mismo sexo .. solo eso sexo
ResponderEliminarQuerido amigo, como muy bien dices, se supone...
EliminarEn el tantra hay muchas corrientes, una de ellas y muy respetable, es la de no eyacular y otras (las que yo sigo) que son las de tener un contraol sobre la eyaculación. Puedes hacerlo o no, según sientas o quieras.
De todas formas, el sexo (incluso el anal) si se hacen con estas actitudes, serán siempre algo más que sexo, será belleza, será èxtasis. Gracias amigo anónimo.
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