viernes, 23 de octubre de 2015

Sanación sexual tántrica

El Tantra, también conocido como Sexualidad Sagrada es una forma de entender la vida, muy distinta a la que hasta ahora hemos estado viviendo. Para esta filosofía, el masculino y el femenino lo llenan todo y la sexualidad y el placer se derivan de su unión sagrada, que nos llevará, progresivamente, al Éxtasis y como consecuencia a la felicidad y al amor verdadero.

Por ello dentro de esta hermosa y poderosa forma de vivir, la salud tanto física como emocional tiene una importancia primordial. No se puede alcanzar la felicidad completa si en nuestro cuerpo o en nuestra alma hay viejas heridas que nos bloquean la energía y nos impiden fluir. Tenía que ser el Tantra con su delicadas y espirituales formas de hacer el amor, el que a través de los distintos tipos de masaje, del contacto entre energías, entre almas, entre cuerpos… encontrase otras formas de sanar a Hombres y Mujeres de estos daños, muchos de ellos relacionados con formas incorrectas de vivir la sexualidad.

Por ello en esta hermosa filosofía el sexo de la mujer recibe el nombre de Yoni (Templo sagrado de la diosa) y el sexo del hombre el de Lingam (vara de luz que ilumina el Templo). Es desde esta consciencia íntima de lo físico (muy terrenal) y de lo sagrado (muy divino) que la sanación tántrica se puede transformar en una realidad y obrar el milagro de la conexión interior y de la armonía entre cuerpo y alma, entre sexo y éxtasis.

En el mundo del Tantra, la Shakti (diosa) que canaliza la sanación a través del masaje, de la energía sexual y del placer, es conocida como “Dakini” y su equivalente masculino, el Shiva (dios) es conocido como “Daka”.

En esta filosofía, el masculino (en su máxima expresión el Macho-Hombre-Dios-Shiva) admira, contempla, honra, adora y ama al femenino (Hembra-Mujer-Diosa-Shakti). El femenino al sentirse honrado, confía, pierde el miedo y se entrega, rinde y ofrece al masculino. Ante semejante entrega, éste ama la belleza y la desea y con el consentimiento y deseo de ella la ama, la penetra y la llena de su amor.

A través de una actitud profundamente consciente y de un trabajo sensible y sintonizado con el otro, la Shakti-Dakini o el Shiva-Daka pueden sumergirse en dimensiones de la sexualidad sorprendentes y desconocidas y así crear espacios de cura y despertar espiritual que, incluso para ellos mismos, eran inimaginables.

Incorporar la consciencia del Daka o Dakini que ofrece el Tantra es uno de los “regalos” más especiales que un hombre o una mujer pueden recibir. Es como sentirse bendecido, sobre todo por los espacios iluminados y reveladores que se crean en esta comunión masculino-femenino.

Esta energía sexual sanadora procede de la unión de la tierra con el cielo, del masculino con el femenino, de la diosa-Shakti con el dios-Shiva, del placer orgásmico con el éxtasis sagrado. es una unión que se realiza en el interior del sacerdote-sacerdotisa (chamanes) sanadores y que procede de un nivel de consciencia superior, donde los cuerpos son el receptáculo del alma y las almas el receptáculo de los dioses.


En este nivel de consciencia, el Daka-Dakini es capaz de entrar en comunión con los sentimientos más profundos del alma del paciente y dejar que las palabras que fluyan por su boca y los movimientos de sus manos, mediante el masaje sagrado, sean un instrumento casi divino de sanación profunda.

El paciente, relajado y confiado, abrirá su alma ante la paz, el arte, la belleza, la sabiduría y el amor que está recibiendo de su Daka-Dakini, por ello su mente consciente o incluso inconsciente querrá eliminar de su interior aquellos obstáculos que le impiden sentirse libre de ser feliz, que le impiden sentirse plenamente amado, comprender el amor en toda su profundidad, alcanzar el verdadero placer sexual, abrirse a la felicidad y lograr el éxtasis liberador que le haga sentirse humano y divino a la vez.

El Daka-Dakini, sana al sexo opuesto (o a veces al propio) a través de la conexión interior con su Shiva-Shakti sagrados, su arte, su técnica y su energía sexual. La energía sexual es una gran parte de nuestra energía vital, la que nos mantiene con vida y permite el milagro de nuestra existencia.

Durante nuestra vida (o incluso en vidas anteriores) y a través de algunas  de  las experiencias vividas, esta energía puede quedarse bloqueada y crear nudos energéticos. Esto dificulta o incluso impide que podamos disfrutar plenamente de todo nuestro potencial amoroso y sexual, ya que nuestro corazón y, con él, nuestros genitales, se contraen y dificultan que podamos gozar del sexo y del amor, en toda su plenitud.

El Daka-Dakini, siente esta energía de una manera consciente, conecta con su parte más intuitiva e instintiva, con su energía sexual más profunda y elevada y así puede llegar a sanar viejas heridas, desbloquear energías estancadas en el alma y cuerpo de su paciente y ayudarle a entrar en lo más sagrado y libre de su Ser.

Muy profundo y protegido dentro del yoni de la mujer está su Punto Sagrado (punto G), un lugar que puede producir el placer más intenso, tanto a nivel físico como psíquico. Puesto que es tan profundo y oculto, también es el lugar donde se almacenan todas las experiencias que nos han causado heridas asociadas a la sexualidad de cualquier origen. Si se persevera en el masaje de este punto, escuchando y amándolo tiernamente, este lugar herido en su interior sanará, y con ello las antiguas heridas del pasado. Y al sanarse de esta forma la mujer puede despertar en ella el poder de su diosa, algo que nunca había conocido antes.

Al igual que en la mujer, en los genitales del hombre también su Punto Sagrado (punto P) está oculto y además de poderle proporcionar intensos placeres y éxtasis orgásmicos, también almacena sus memorias negativas sobre la sexualidad. El masaje continuado de este punto, desde la conexión con el sentir más profundo del paciente ayudará a liberar y desbloquear las energías limitantes para devolvernos la libertad de vivir y gozar de la vida.

Esta sanación-liberación puede iluminar la vida del hombre y de la mujer en todos los aspectos, y permitirles el acceso a la Sexualidad Sagrada, donde orgasmo y éxtasis se funden y la consciencia adquiere una nueva dimensión.

Que el Amor os acompañe

Ignasi Tebé (ignasi.aurea@gmail.com)
Sanador, educador sexual y escritor.
Facilitador de talleres y cursos para Hombres, Mujeres y Parejas


martes, 6 de octubre de 2015

EN EL SALÓN ERÓTICO, LLORÉ POR TI

Estos tres últimos años he estado aportando pequeños talleres sobre diversos temas en el Salón Erótico de Barcelona, colaborando con nuestra familia de Sex Academy Barcelona.

Para los amantes de la auténtica sexualidad, no creo que éste sea un salón que la promueva. Para nosotros el sexo es natural, fresco, sano, alegre, divertido, juguetón, da placer, nos hace sentir libres, nos enseña cada vez que lo practicamos, nos permite la conexión íntima, nos acerca a los demás… nos lleva al éxtasis.

Para mí además la auténtica sexualidad acerca mis genitales, al corazón y los funde con el alma, puedo vivir una sexualidad plena, sin dejar de unir mi parte terrenal con mi parte sublime.

El sexo auténtico debería ayudarnos a sentir la grandeza de nuestra pareja sexual para honrarla, admirarla, sentirla, vivirla, gozarla, amarla… casi adorarla, aunque sólo sea durante el tiempo que dure la relación sexual. La pareja, en este caso (sea hombre o mujer) siente la confianza, la seguridad de no ser dañada, de no ser tratada como un objeto y se entrega, se rinde al placer que le estás ofreciendo, así ambos gozan y se abren a un orgasmo más intenso.

Los que me conocéis sabéis que no hablo con tapujos y que mi mente está abierta, pero en los escenarios del salón, en algunos stands, en algunos reservados… pienso que a los hombres y mujeres, se les trata únicamente como objetos sexuales. No vi ni sentí a ningún actor o actriz, tratar al o a los demás de una forma hermosa y digna. La mayoría del público asistente, tenia sed de un sexo, que reproducido en casa, puede ser devastador.

Lloré al sentir que todavía estamos haciendo del sexo, la mayoría de las veces, un espectáculo pornográfico donde no se hace el amor, donde no hay sensibilidad, ni algunos valores masculinos y mucho menos femeninos, donde se folla, se penetran vaginas o culos, se posee, se domina sin respeto, se chupan pollas o se lengüetean vaginas. Lo siento queridos lectores, pero a mí incluso el sexo duro me gusta con un poco de arte.

De todas formas sí que vi espacios donde se sentían los deseos y pasiones salidos de las emociones, con algo de sensibilidad y arte, donde la sexualidad era contemplada y vivida como algo distinto pero bello y sublime, ojalá éstos abundasen más y fueran más conocidos, el mundo cambiaría para mejor.

Quiero dejar este testimonio porque estoy a favor de la prostitución, de la buena pornografía, de los masajes con final feliz, de los locales swingers, del BDSM, de muchas filias, del fetichismo, de los juguetes y de… todo lo que nos aporte lindas formas de jugar y ser felices, pero desde el respeto a la persona, al género, a su cuerpo, a sus emociones y sentimientos.

Cuando termino de hacer el amor, me gusta poder mirar a los ojos de mi pareja y abrazarla, sin ningún temor, sin ninguna culpa, agradeciendo…

Ignasi Tebé

Terapeuta, escritor y educador sexual. Tel 667 761 640
Facilitador de cursos y talleres para Hombres, Singles y Parejas