miércoles, 20 de abril de 2016

MASAJE TÁNTRICO, más allá del tacto

Por Ignasi Tebé, maestro de Tantra y colaborador de Sex Academy Barcelona

De todos los más bellos masajes que se puedan dar y recibir, los masajes tántricos tienen, sin lugar a dudas, el poder de hacernos sentir el placer por excelencia, no sólo en la piel y el sexo, sino también en el corazón y el alma.

Los auténticos masajes tántricos se dan con total presencia y consciencia, el alma es quien guía el masaje y las manos sencillamente se dedican a sentir, a irradiar y ser guiadas; por todo ello pueden llevarnos a sentir, sanar, liberar y gozar sin límites, más allá del placer físico, abriéndonos al éxtasis.

El que da el masaje pondrá consciencia en este momento sagrado y se dejará llevar, conectando con su lado Yang sublime, abriéndose a sentir la Honra, el Respeto, la Admiración, la Adoración por el cuerpo y el Ser al que va a dar el masaje. El que lo recibe, a su vez, conectado con su polaridad Yin, gozará de poder soltarse, reconectando con la Confianza y la Libertad interiores, y así, rendirse, entregarse sin máscaras ni corazas de ninguna clase, permitirse sentir vulnerable, abrirse a gozar y a vivir el masaje en toda su plenitud.

Algunos ingredientes especiales en los masajes tántricos:

-  Preparar los cuerpos de ambos mediante una ducha o baño relajante, conectar con las emociones a través de la meditación y sincronizar nuestras almas a través de las distintas formas de respirar, miradas, caricias y abrazos que nos enseña el Tantra.

-   Crear un espacio adecuado, un lugar y un tiempo para gozarlo, buscando la comodidad para ambos (camilla, mesa, fouton, cojines, toallas…), aromas (incienso, flores…), sabores (chocolate, frutas, vino, miel…), colores (luz, velas, cortinas, pareo…), música, aceites…

-  Para conectar los cuerpos y las emociones de ambos, hay que poner intención en las manos que dan, qué queremos expresar con ellas: ternura, comprensión, seguridad, firmeza, pasión… sentir en estas manos el cuerpo y los sentimientos del que está recibiendo, saber escuchar sus sonidos, suspiros, gemidos… el feedback que nos está dando, para así poder empezar a sentir la magia que estamos creando.

-   Las manos dadoras manifestarán siempre las dos energías: la masculina, firme, segura, apasionada, decidida, fuerte… y la femenina, sensual, intuitiva, cariñosa, tierna… la combinación adecuada de ambas energías es muy poderosa.

-   Conocer bien algunas formas de tocar, acariciar, presionar, arañar… las distintas partes del cuerpo será de gran ayuda; según el momento, la intención, la actitud… podemos transmitir sensaciones increíblemente placenteras, sanadoras y liberadoras. Las zonas más sensibles (cara interior de los brazos, piernas, axilas, ingles, costados…), las más poderosas (cara, orejas, ojos, cuello, nuca, manos, pies, espalda, riñones, nalgas…) y las más sexuales (pechos, pezones, perineo, genitales, ano…) deberán ser tratadas, según el momento, con toda la atención e intuición que se merecen.

-  Si lo que queremos es dar un masaje erótico sexual, la forma de tocar, acariciar y estimular los genitales femeninos (Yoni) y masculinos (Lingam) en el Tantra, es muy hermosa y, además de las actitudes básicas, proporciona una serie de técnicas adecuadas para incrementar la energía sexual, repartirla por todo el cuerpo, aprender a retrasar el orgasmo, ayudar a conseguir la multiorgasmia masculina… y, en especial, llevar al receptor del masaje al éxtasis del cuerpo y del alma.

Este fragmento de relato podría ser un buen ejemplo:

Me encanta hacerte sentir la pasión que despiertas en mi, juego con mis dedos caminado por  tus costillas, acariciando tus vértebras desde la primera hasta la última, presionando sobre aquellos puntos, en tus nalgas, que te hacen sentir tanto alivio… suspiras con fuerza, te estás liberando de la presión y el estrés, tu ritmo cambia, siento dentro de ti crecer la libertad, pongo el dedo medio de mi mano derecha sobre tu coxis, acariciándolo suavemente y mi otra mano jugando, rozando y subiendo por tu espalda, la nuca, la cabeza varias veces… siento la danza emergente de la energía en tu interior; tras unos minutos, empiezo a sentir tus convulsiones de placer, aumentando a cada instante y veo cómo te arqueas y, exhalando un grito, tu cuerpo se estremece, de abajo hacia arriba… me encanta ver cómo lo gozas, lo siento en mi cuerpo, con plenitud, respirando… siguiendo tu proceso, escuchando tus lágrimas...


En Sex Academy se hacen clases colectivas o particulares de masajes tántricos; si lo deseas, pide más información.

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